domingo, 1 de marzo de 2009

Papel

Por tener que soportar largos viajes por motivos laborales tuve una época de consumidor de Grisham, Clancy, Sheldon, Crichton, Wilbur Smith y demás escritores del género, de bolsillo y de terminal/aeropuerto. Si, muchos años antes que los MP4, laptop Wi-Fi y celulares multiuso, había gente que leía brolis. Y tales lectores estaban bien definidos. Había quienes leían a Whitman, Cortázar y Borges, los angustiados que leían a Louise Hay, Wayne Dyer y el remil garca junta Rolls Royce con la plata del cándido que encima lo justifica con un "no me importa si roba o no, a mi me hace bien igual" maestro espiritual Osho, los amantes de King, Rice y Lovecraft y los que leíamos aventuras e intriga.
Si bien éstas últimas eran para matar el tiempo, tampoco la pavada como lo de abajo, che:


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No lo leí, pero la actitud de quien lo tomó en la sección libros, leyó la contratapa mientras empujaba el chango con la panza y se arrepintió en la sección papel higiénico puede ser inocente pero también insolente.
Bah, digo...

5 comentarios:

Eskorpión dijo...

lamentablemente es un comportamiento muy común en los hiper mercados... siempre se encuentran vasos de yogur ya consumidos entre los pañales, o paquetes de galletitas ya comidas entre los jabones en polvo...
así estamos...

Mu dijo...

También se leen libros en el biorsi y puede ser que el que desechó a Grisham haya puesto en su chango PH impreso con chistes de galegos.

Buen domigo!

Cintia dijo...

En los super es tremendo ver esto, no solo con los libros: una vez encontre una pata de pollo en el anaquel del jabon en polvo

La Mascarada dijo...

See, pasa seguido encontrar cada cosa en cada sector...

DHA dijo...

Una metafora excelsa! Ese libro es una cagada.